22% de la flota de automóviles en Argentina carece de seguro
06 de febrero de 2019
Según un estudio elaborado por el Swiss Re Insitute, la brecha de protección automotriz en Latinoamérica (primas totales no vendidas por vehículos no asegurados) alcanza los USD 68.300 en las cinco economías más grandes de Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México.
Cifras a destacar
El mercado latinoamericano de seguros de auto representa un volumen de primas de 33.000 millones de dólares, casi el 20% del total del sector asegurador.
Por detrás de México, donde casi siete de cada 10 vehículos circula sin seguro, están Colombia, con una falta de cobertura del 39%, Brasil (33%), Argentina (22%) y Chile (8%).
Si profundizamos, en Argentina y México se exige una cobertura mínima con la compra del seguro automotriz voluntario, que comprende de responsabilidad por lesiones corporales y daño patrimonial causados a terceros. En cambio, en Brasil, Chile y Colombia, el seguro automotriz obligatorio está separado del mercado voluntario, y la cobertura obligatoria se limita a la responsabilidad por lesiones corporales para todas las víctimas.
Principales desafíos
Del informe, se desprende que:
– En los países con planes separados, la penetración de automóviles asegurados es mucho menor en el seguro voluntario que en el obligatorio. Por eso, el principal reto es inculcar la prevención como parte fundamental y vital de la cultura.
– El amplio espectro de vehículos que no posee ningún tipo de seguro automotriz en esos países se puede atribuir en parte a los diferentes esquemas de regulación, la aplicación de la ley y los niveles de ingresos. En este caso, es importante ver a la contratación de un seguro como una inversión y queda pendiente el uso de la tecnología y la telemática para tener la posibilidad de pagar por un seguro personalizado según el tipo de uso y los comportamientos del asegurado (número de horas en que utiliza el vehículo, tipo de vías utilizadas para circular, días y horarios, etc.). Por supuesto, que todo este proceso debe estar acompañado por una regulación que le abra las puertas a estos nuevos paradigmas.
